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Lacan, el inconsciente y las matemáticas

¿« Yo » existe fuera del tiempo?

Traducción al español: Luisa M. Matallana

Fecha de puesta en línea Martes 16 de diciembre de 2008

Autor o autora : Agnès SOFIYANA, Autor o autora : Luisa Margarita Matallana LAVERDE Idioma de este artículo: français > « Je » existe-t-il hors du temps ?

¿« Yo » 1 existe fuera del tiempo?

« En comparación a estas consideraciones
sobre el tiempo, ¿Puede ser este el tiempo de
preguntarnos en cuál(es) tiempo(s) se aplica
el cogito cartesiano? « Yo pienso luego yo
soy » ¿significa que « yo pienso » y « yo soy »
existen en el mismo “ahora “ ? ¿O bien, « yo
pienso » y « yo soy » existen en dos “ahoras “
distintos el uno del otro ? O bien aun « yo
pienso » y « yo soy » existen en dos
referenciales diferentes? En este último caso,
nos sería entonces imposible obtener
cualquier saber sobre sus simultaneidades »

Se ha visto la última vez, cómo el fantasma
podía ser considerado como un axioma,
patrón de la verdad, en el universo del
discurso, como una palabra que se daría a sí
misma, como una promesa.

« Los axiomas, en tanto bases de las reglas de
escritura del universo del discurso, son
entonces las promesas hechas a sí mismo,
como tipos de fantasmas fundadores,
inconfesables o instranscriptibles en la
palabra actual. » había dicho yo.

¿Las promesas? Según nuestro amigo
Robert4, eso puede ser un compromiso, una
obligación de hacer o de decir, una esperanza,
una palabra dada, como se dice. ¿Que
acontecería si, una vez esta palabra dada, se
evaporase ella en el tiempo, dejando un trazo
indeleble en el orden de lo que nos anima?
¿Que sería, entonces, si el edificio entero de
nuestra persona tuviese un fundamento
olvidado y perdido? Olvidado, cierto, por el
efecto de la represión, ¡pero no
irremediablemente perdido! Esto es lo que mi
lectura personal de Lacan en LdF5 me ha
llevado a decirles la última vez. El axioma no
está totalmente perdido, puesto que está, a la
manera del fantasma, construído por
retroacción, a partir de la dinámica de los
significantes y de las reglas lógicas que
regulan el discurso, sin incomodar a aquellos
que ignoran que la lógica matemática ha sido
al comienzo un instrumento lingüístico y
semántico para seguidamente transformarse
en un instrumento estructural puramente
matemático.

Lacan nos indica en la lección del 7 de
diciembre de 1966 (LdF) : « el fundamento de
la lógica no es a tomarlo en otra parte que en la articulación del lenguaje en la cadena
significante. »

Recordemos los orígenes de la lógica : logos,
es para comenzar, en la Grecia antigua, la
palabra. Para los presocráticos, el logos es el
Verbo revelado al hombre, y para los sofistas,
el logos es el instrumento del orador, más
próximp al razonamiento retórico, de donde
ZENON de Elea (490-430 a.C.) se inspirara
para fundar la dialéctica (sobreentendida
techne 6, arte de la discusión).

El logos tiene entonces un origen ligado al
discurso. Y es con SOCRATES y PLATON
que el logos devendrá el camino que conduce
hacia la realidad inteligible y razonada del
Mundo de las Ideas, en donde el pensamiento
matemático abstracto será el patrón, y
opuesto a la realidad sensible. « Para Platón,
toda cuestión matemática tiene una
respuesta, eventualmente desconocida,
afirmativa o negativa. Es el pensamiento que
está en el origen de la lógica bivalente y del
principio del tercero excluído. » [1]

Por lo tanto, el pensamiento y el discurso que
le sostiene están en el origen de la lógica. De
seguro, la historia no se detiene ahí, puesto
que ARISTOTELES, preceptor de Alejandro
Magno, escribirá el Organon (el instrumento),
conjunto de obras de lógica en las cuales
ARISTOTELES inaugura la utilización de
símbolos, deviniendo de este modo el
fundador, antes de tiempo, de la lógica
formal. Él definió igualmente el axioma, el
principio de no-contradicción, las
proposiciones universales y existenciales, las
proposiciones afirmativas y negativas, las
reglas de negación, el silogismo, el
razonamiento por el absurdo, el razonamiento
por inducción. En suma, casi todo eso que
será retomado y formalizado simbólicamente
por los lógicos de finales del siglo 19.

Con los estoicos, la lógica deviene un
instrumento de precisión en los juicios, la
dialéctica, el razonamiento, las definiciones,
los conceptos, las nociones, los logotropos,
etc…

No se puede entonces constatar
simplemente : la lógica, sea ella matemática,
aristotélica o estoica, es un instrumento que
se encuentra en la articulación de los
significantes del universo del discurso, lo
mismo en los discursos más literarios –
nuestro abogado preferido puede
testimoniarlo-.

Articulación de los significantes… la
implicación

Lacan nos compromete entoces a seguir en
una introducción a la lógica matemática, en
donde él nos va a mostrar que ella es
pertinente para develar ciertos procesos
engañosos.

Lacan considera primero la relación de
implicación. Se ha podido entrever la última
vez, con el simbolismo clásico y el ejemplo
célebre de GUILLAUME D´OCCAM [2],
llevando a la relación más estructural de la
inclusión. Es lo que se llama igualmente con
los estoicos, el « modus ponens », nombre
genérico de los silogismos hipotéticocategóricos
: « Si A entonces B, o A, entonces
B ». Es Crisipo (hacia el 281-208 a.C.) el
primero que llama a este silogismo la
implicación.

Lacan retoma entonces, en la lección del 7 de
diciembre de 1966, el ejemplo del entendido
temporal entre la prótasis (primer tiempo) y
la apódosis (segundo tiempo) de la
implicación estoica, en donde analiza el valor
de la verdad. Él nos dice: « Para retomar ese
primer paso concerniente a la implicación, es
necesario ver surgir esa articulación entre la
verdad y el escrito, a saber : eso que puede
ser escrito y eso que no lo puede ser.[…] El
sólo límite coloca en la lógica moderna el
funcionamiento de un alfabeto en un cierto
sistema, el sólo límite siendo aquél de la palabra dada, axiomática e inicial. »

Retomemos desde el comienzo : la
implicación se anota « P implica Q » donde P
y Q son dos proposiciones cualquiera. El
valor de verdad de esta implicación depende
de los valores de verdad asignados a las
proposiciones P y Q (valor axiomático
inicial) : Si P y Q son verdaderas, entonces « P
implica Q » es verdadera, i.e. « Verdadero
implica Verdadero » es válido. Si P es falsa y
Q es verdadera, entonces P implica Q es
verdadera, i.e. « Falso implica Verdadero » es
válido. Si P y Q son falsas, entonces « P
implica Q » es verdadera, i.e. « Falso implica
Falso » es válido. Si P es vedadera y Q es
falsa, entonces « P implica Q » es falsa, i.e.
« Verdadero implica Falso » no es válido.

Hay entonces ciertas implicaciones que
pueden ser escritas y otras no. Lacan se
pregunta : « ¿qué quiere decir « no puede »?
Hay un sentido en la palabra dada, inicial,
interdictiva. Pero ¿qué es eso que puede ser
escrito? El problema de la negación está en
presumir a nivel de la escritura en tanto que
regla de funcionamiento lógico. »
¡Atención, la negación no es la contradicción!
El inconsciente no conoce la contradicción,
pero integra muy bien la negación, la cual
está próxima a la interdicción, que se puede
entender « inter dicción », entre los decires.
¿Qués es eso que es dicho entre los decires?
¿Qué es eso que es pronunciado en la
enunciación, que el enunciado no dice? LA
NEGACIÓN.

La negación en la implicación está bien
presente, igual si está oculta : « P implica Q »
equivale a « no Q implica no P », eso que se -
llama la contraparte.

Al final de la lección del 7 de diciembre de
1966, Lacan introduce finalmente el cogito
cartesiano, en tanto que implicación, « yo
pienso luego yo soy », es decir « yo pienso
implica yo soy ». Eso que, si se considera la contraparte lógica, equivale a : « yo no pienso
luego yo no pienso ».

Lacan se interroga entonces: « ¿Podemos
hacernos a la idea de que cuando hablamos
del no-ser, éste trata de aquella cosa que sería
el contorno de la burbuja del ser? ¿Es que el
no-ser, es todo el espacio en el exterior? ¿Es
posible sugerir que es ello lo que queremos
decir, este no-ser que me gustaría más titular :
« el lugar donde yo no soy »?

En efecto, la negación considerada como
complementariedad, parte del principio del
tercero excluído: sea yo soy, sea yo no soy.
No hay indecidibilidad, ni tercera posibilidad.
Como en los tiempos de Heráclito o de
Parménides, Lacan hace la pregunta sobre la
relación entre ser y no-ser. Se considera que
para Heráclito « ser y no-ser » es, y que para
Parménides « ser y no-ser » no es. Pero,
Heráclito como Parménides, parten del
principio del tercero excluído: no hay tercer
caso a considerar fuera del ser y del no-ser.

Lacan hace entonces la pregunta fundamental,
ciertamente aquella que conduce a los
analizantes a acostarse en el diván del
psicoanalista: « Una vez enlistado en esta vía
es bien claro que la pregunta no avanza un
paso, puesto que enlistarse en esta oposición
como si ella fuese considerada como cortable
entre el yo(moi) y el no-yo (no-moi) con el
único límite de una negación conteniendo
además el tercero excluído, él está siempre
fuera del campo, eso que es la única cuestión
importante, a saber: si yo(je) soy yo(moi). »

La duda freudiana es entonces una
consecuencia del cogito cartesiano : « yo
pienso luego yo soy » y « yo no soy luego yo
no pienso », pero ¿qué es si la palabra
axiomática e inicial es « yo no pienso » o « yo
no soy »?

La problemática introducida por Lacan
puede ser devuelta al enigma de un saber sobre el otro. En otros términos, si yo no
pienso, ¿cómo puedo yo saber si yo soy o si
yo no soy? Pero si yo pienso, ¿es cierto
entonces que yo soy? ¿Puede ser que yo
pienso y que yo no soy, al mismo tiempo?
Lacan responde SÍ. Además, ¿si yo soy,
puedo yo concluir también que yo pienso?

Entonces, ¿qué ocurre en el diván ? Yo hablo
y en tanto hablante, yo creo que yo pienso. Y
puesto que yo pienso, entonces, según el
cogito, yo soy. Así, hablando, yo puedo creer
que yo soy. Pero, ¿es esta una certeza o una
creencia ? En otros términos, ¿no estoy yo en
curso de pensar que yo soy? Y en ese caso,
¿soy yo realmente?¿Es que el hecho de pensar
que yo soy basta para certificar que yo soy?
Puede ser que yo no soy realmente ahí donde
yo pienso…

Pero de repente, yo callo. El silencio que me
es impuesto por una resistencia o una
represión ¿detiene mi pensamiento? Al
escuchar a mi analista que me dice « piense
en voz alta », yo continuo sin embargo
pensando, en voz baja o en voz alta ( ?). Dos
casos se presentan entonces: yo no pienso o
yo no escucho mi pensamiento, y sin
embargo yo soy… ahí donde yo no pienso.
Imposible entonces formar un cualquier
pensamiento a verbalizar. La nada de mi
pensamiento envuelve la exhaustividad de
mi ser. Yo soy, pero yo no lo pienso.

O bien yo pienso efectivamente en voz baja o
sin voz, pero si yo debo verbalizar este
pensamiento, imposible hacerlo. Entonces,
¿estoy yo realmente en curso de pensar? Y en
esta suspensión de la palabra, ¿podría decirse
que yo no soy más ? Si mi pensamiento no
puede desplegarse más en palabras, ¿puede
ser porque yo no sigo (seguir7) más mi
pensamiento? Entonces, ¿dónde soy yo, si yo no soy ahí donde yo pienso?

Se podría redargüir que esto no es sino de la
retórica lógica. Sin embargo, Paul 9 me había
resaltado un cierta tarde, yo no sé qué dije, y
no sabiéndolo, yo le dije sin embargo.
Entonces, se ve desplegar ahí algo de
ternario: yo soy, yo pienso, yo digo. Tres
dimensiones que liga la palabra y a las cuales
ella da un semblante de consistencia.

¿El tiempo no existe?

Finalmente, lo que Lacan interroga acá, con
este esbozo del análisis del cogito cartesiano,
semeja al enigma del saber y del ser, es decir,
filosóficamente, los dos ejes filosóficos de la
ontología y de la epistemología. Pero la
cuestión fundamental que se trama en el
cogito cartesiano y en lo que Lacan intenta
mostrarnos, me parece ser la cuestión de la
existencia del tiempo.

De seguro, Heidegger, Kant, Husserl,
Bergson y tantos otros filósofos colocaron su
piedra en el edificio para [dar] una respuesta
al enigma del tiempo. Pero, lo que retendrá
mi atención acá es cómo la física relativista y
las matemáticas trataron este tema ancestral,
y particularmente, como Kurt Gödel, lógico
de genio, elaboró una teoría matemática del
tiempo, compatible con la relatividad, y que
parece coincidir extrañamente con lo que
Lacan nos enseña sobre el cogito cartesiano.

En efecto, Gödel fue un serio admirador de la
teoría de la relatividad restringida de
Einstein. Los dos fueron profesores en la
universidad de Princeton, entre 1942 y 1955,
año de la desaparición de Einstein. Durante
esos trece años, ellos hicieron juntos los
trayectos de ida y vuelta entre el domicilio del padre de la relatividad y el campus de
Princeton.

¿Qué se decían ellos durante esas largas
marchas ? Nosotros no lo sabremos jamás.
Todo lo que se puede conjeturar, es que ellos
hablaron de sus respectivos trabajos, de sus
ideas sobre la cosmogénesis, sobre la
ontología y la epistemología,… sobre
meteorología, mujeres y política también sin
duda.

¿Qué queda de esos intercambios? No gran
cosa, de no ser un artículo publicado en una
revista en que el número especial estaba
consagrado a Einstein y Gödel, titulado: « A
remark about the relationship between
relativity theory and idealistic philosophy »
(P.A. Schilpp, 1949). La ambición de Gödel en
este artículo era la de « re-examinar la gran
búsqueda filosófica de la realidad del tiempo
a la luz de eso que la teoría de la relatividad
nos enseña sobre este tema» [3].

Se dice, según la teoría de la relatividad
restringida de Einstein, 1905, que el espaciotiempo
es un espacio matemático en cuatro
dimensiones, curvado y que es la materia en
movimiento la que determina la forma del
espacio-tiempo. Se dice igualmente que no
existe nada que se pueda llamar « estado
presente del universo »: « la relatividad de la
simultaneidad implica que eso que está
″ahora 10″ relativamente a un referencial
inercial difiere de eso que está ″ahora″ en un
otro referencial inercial en movimiento con
relación al primero » [4]. Pero, entonces, ¿cuál
es el lugar en esta teoría, del concepto
intuitivo del tiempo? Gödel va a interesarse
en construir una « experiencia de
pensamiento que permita distinguir
matemáticamente esas dos nociones » [5].

En su artículo, Gödel construye, a partir de
las ecuaciones de la relatividad general, un
modelo del universo en donde la geometría
del espacio-tiempo no permite interpretar razonablemente el componente temporal del
espacio-tiempo como una representación del
tiempo intuitivo. Él muestra
matemáticamente que, en su modelo de
universo posible, compatible con la teoría de
la relatividad general, puede construir las
líneas del universo continuas y cerradas de
género tiempo que unen dos acontecimientos
cualquiera, de suerte que le es posible a él, en
este universo, viajar en el tiempo – así como
ya se viaja a lo largo de una línea continua y
cerrada de género espacial-.

Esta demostración tuvo un efecto retumbante
entre los apasionados a la ciencia ficción y
otros partidarios de Julio Verne, pero además
del hecho de que Gödel había construido un
universo en el que son posibles los viajes en
el tiempo, ¡simultáneamente había mostrado
la inexistencia del tiempo intuitivo!

En otros términos, « puesto que el presente
no es más real que el pasado y que yo me
acuesto(acosté) en la playa como en el último
verano, ¿por qué identificarme únicamente al
"yo" que tiembla actualmente en el frío ?
¿Estoy yo simplemente en curso de cometer
un error? ¿O hay tanto "yo" como instantes en
el tiempo? Y de ser así, ¿ todos estos "yo" son
todos yo(moi), o solamente partes de
yo(moi)? [6]

Otra manera de explicar, matemáticamente,
la diferencia entre la existencia tanto de
“ahoras “que hay como de referenciales y el
tiempo, es considerar que « el tiempo de la
relatividad restringida posee una
“geometría“ diferente de aquella de las
dimensiones espaciales, y no que [el tiempo]
es una entidad cualitativamente diferente, a
saber una cosa que « se desvanece » [7].

En comparación a estas consideraciones sobre
el tiempo, ¿puede ser este el tiempo de
preguntarnos en cuál(es) tiempo(s) se aplica
el cogito cartesiano? « Yo pienso luego yo
soy » ¿significa que « yo pienso » y « yo soy » distintos el uno del otro? O bien aun « yo
pienso » y « yo soy » existen en dos referen -
ciales diferentes? En este último caso, nos
sería entonces imposible obtener un
cualquier saber sobre sus simultaneidades.

¿A menos que « yo pienso » y « yo soy » no
sean de la misma naturaleza? De deber
dársele un género a cada una de esas dos
proposiciones, ¿diríamos que « yo soy » es de
un género espacial, que « yo soy » existe en
un tiempo intuitivo, que se desvanece, y que
no tolera algún viaje de regreso hacia eso que
es pasado y finito ; y que « yo pienso » es de
un género tiempo, que ese « yo pienso »
existe en un tiempo que no es sino un
« ahora » continuamente curvado,
dependiendo de la distribución particular de
la materia y de su movimiento, y según la
cual un viaje en el tiempo es posible ?

Gödel va más lejos. « Porque el universo de
Gödel no es de hecho el universo real, sino
solamente un universo posible. ¿Se puede
realmente deducir la no-existencia del tiempo
en nuestro universo de su ausencia en un
universo simplemente posible? La respuesta
es sí, al menos según Gódel. Y esta es la
última etapa, la más sutil y la más elusiva, de
su razonamiento, aquella que conduce de lo
posible a lo real. » [8]

Tomado en préstamo Platón, para que Dios
no juegue más a los dados, luego utilizado
por San Anselmo, Descartes y Leibniz, el
razonamiento es radical: « si un objeto
matemático es en todo lo menos posible, él es
necesario y entonces real. Es así porque lo
que existe necesariamente no puede existir si
no existe en todos los mundos posibles. » [9]

Así, la prueba está hecha: el tiempo no existe
en el mundo real o, debería decirse, en la
realidad. « Cada observador tiene su propio
conjunto de ″ahoras″, y cada uno de sus
diversos sistemas de estratos no puede
pretender representar el pasaje objetivo del
tiempo. La relatividad restringida no está
existen en el mismo “ahora “? ¿O bien, « yo
pienso » y « yo soy » existen en dos “ahoras“ entonces simplemente ″incompleta″ en
relación al tiempo intuitivo, ella es
incompatible con la realidad del tiempo
intuitivo. »

Ahora, una observación: parecería que
Einstein y Gödel estaban al tiempo
interesados en identificar el tiempo físico (esa
″t″ que contienen las ecuaciones) y el tiempo
filosófico como siendo el mismo tiempo
intuitivo. Pero, ¿es esto verdaderamente así?
El tiempo estudiado y argumentado por
Einstein y Gödel ¿no es el tiempo de la escala
cuántica o de la escala astronómica?
Ciertamente. Pero, como Gödel nos lo ha
demostrado, lo que es necesario en un
mundo existe en todos los mundos posibles.

Finalmente, si el « yo soy » está sumido en un
tiempo intuitivo, que se escucha, y si el « yo
pienso » está sumido en un ″ahora″ que existe
a cada instante, podríamos sugerir que el
Inconsciente tiene una dimensión cuántica,
en la cual las leyes que regulan el mundo del
ser no están más en curso, y que él nos
debería, para observarlo, hacer recordar eso
que distingue a la física cuántica de la física
newtoniana, a saber, esta puesta en cuestión
de los axiomas fundamentales que fundan
nuestra aprehensión de la realidad. En otros
términos, dado que él está sometido al
″ahora″ y al tiempo intuitivo, dado que él es
dinámico, estructurado e indeterminado, el
inconsciente tiene ciertas cualidades que se
encuentran en el mundo cuántico. Él se
acerca, de alguna manera, a un mecanismo
probabilístico.

Notas

[1] Lanc elot Pecquet , cours de logique
informatique, 2003

[2] Premisa Mayor: todo hombre es mortal
/ Premisa Menor: Sócrates es un hombre /
Conclusión: Sócrates es mortal

[3] Palle Yourgrau, Einstein/Gödel, Éditions
Dunod, 2005, p, 142

[4] ibid. p.159

Ver en línea : Psicoanálisis - Matemáticas - Traducción

P.-S.

1 En adelante: “je” se traduce como “yo” y “moi” como
yo(moi), para así hacer la distinción más clara. (N.
del T.)

4 Nuestro amigo Robert: es una broma entre nosotros.
Uno de nuestros grandes diccionarios de la lengua
francesa “le Robert”. En lugar de decir “según el
diccionario”, nos divierte decir “¡según nuestro amigo
Robert”. (ref.- Le Petit Robert – N. del T.)

5 LdF - Seminario: La lógica del fantasma 1966-67

6 Techne o techné, para ampliar este concepto se puede
consultar la siguiente dirección en internet:
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/techne.html#cinco
Nota del Traductor

7 Je suis, primera persona del singular de los verbos
seguir/perguir, y también de ser/estar (être)y
seguir/perseguir (suivre)

9 Paul PAPAHAGI, psicoanalista.

10 La palabra en francés es maintenant, que traduce:
ahora, al presente, hoy día, hoy.

N. del T. A propósito de Einstein y Gödel, ver también:
“Time Bandits” by Jim Holt - What where Einstein and Gödel talking about?
http://www.newyorker.com/archive/2005/02/28/050228crat_atlarge

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