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Voy a contarles algunas historias

Código Da Vinci, búsqueda del Grial y Causa freudiana

Goce femenino y mística

Fecha de puesta en línea Martes 16 de enero de 2007

Autor o autora : Margarita MOSQUERA Idioma de este artículo: français > Da Vinci Code, quête du Graal et Cause freudienne

Texto de la intervención de Christophe BORMANS del jueves 8 de diciembre de 2005 en el cartel "Goce femenino y mística".

Nos lleva el autor vía retorno a Freud, por terminos como el phallus, la letra y el significante. Una lectura analítica a la luz de la historia de las creencias y sus expresiones subjetivas.

Esta noche voy a contarles historias... Historias que van a darnos grano para moler, o más bien a aportar agua a nuestro molino; ya que un cartel, muele. Historias, por lo tanto, y propiamente hablando, dos historias: primero, la del Santo-Grial (Saint-graal), tal como nos es presentada por Dan Brown en su famoso Código DA Vinci - suerte de síntesis novelada sobre lo que los historiadores de hoy concuerdan -; y enseguida, la de nuestras Santas reliquias, la de nuestra "Natividad", es decir- la historia de lo que se llama el "Nacimiento del psicoanálisis" – ustedes ya habrán comprendido, la de las cartas de Freud a Fliess. ¿Por qué contarles estas dos historias, y ponerlas, digamos, en paralelo? Porque ellas tienen - van a entenderlo muy rápidamente en lo que concierne a la primera -, ellas tienen como punto central, como punto pivote, el tema que nos preocupa este año: "el femenino y la mística".

PRIMERA PARTE. - El Código DA Vinci y el Saint-Graal (Santo Grial)

La historia del best-seller americano el “Codigo DA Vinci”, novela policíaca publicada por Dan Brown en 2003, es muy simple: todo comienza por el asesinato anunciado de un hombre, Jacques Saunière - Conservador del Museo del Louvre en París - quien tiene tiempo, después de haber sido asesinado en su oficina (pero antes de morir), de revelar, bajo una forma cifrada, el motivo de su propio asesinato.

Una mujer y un hombre, en este caso Sophie Neveu (la hija de Jacques Saunière) y Robert Langdon, profesor de simbolismo religioso en la Universidad de Harvard – ambos habiendo sido prevenidos por el mismo Jacques Saunière al sentir la inminencia del peligro que lo acechaba -, llegan a los lugares del crimen antes que la policía, y a este título, van a ser inmediatamente acusados por ésta y perseguidos a todo lo largo de la novela, suerte de carrera de persecución.

En esta carrera, ellos no dejan de descubrir el móvil del crimen, no sólo a fin de disculparse, sino también y sobre todo, porque el juego de pistas dejado detrás de éste, por Jacques Saunière, parece valer la pena, puesto que el móvil del crimen no es otro que: el misterio del Saint-Graal (Santo Grial).

Es en el capítulo 55 de la novela, que el rompecabezas va a comenzar a ordenarse, para los dos personajes principales, y que el autor del libro - Dan Brown - va a explicarnos su versión de la leyenda del Grial, íntimamente vinculada a la del Nuevo testamento.

El Nuevo Testamento y el Emperador Constantino

Retomando la frase del Doctor Martyn Percy, doctor en derecho canónico, Dan Brown nos explica en efecto que "la Biblia no fue transmitida a través de fax celestial."

Como lo hemos descubierto con Freud (y sus apóstoles podría decirse, en particular, Karl Abraham), la Biblia ha sido escrita por distintos autores, en distintos períodos de la historia, y finalmente sufre en el curso de los tiempos, grandes distorsiones a través de sus distintas traducciones, adiciones y revisiones.

Sin embargo, el Nuevo Testamento tal como lo conocemos hoy, ha sido digamos estandarizado por un pagano, el emperador Constantino el Grande.

Como lo precisa Dan Brown, "más de ochenta evangelios habrían podido figurar en el Nuevo Testamento, pero se reconocieron solamente cuatro de entre ellos - los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan."

¿Quién era el Emperador Constantino? Es un Emperador - nacido entre 280-288, y muerto en 327 - que “pasó toda su vida en el paganismo”, y que no habría sido bautizado sino al final de su vida. “durante su reino, nos dice Dan Brown, la religión oficial de Roma era el culto al sol invencible - Sol invictus”, y el propio Emperador era el “gran sacerdote”.

Estamos ya pues, al final del siglo III y, desde la crucifixión del Cristo, los cristianos de una parte, que están en plena extensión, y los Paganos de la otra, se enfrentan sin cese. Al principio del siglo IV, sin embargo, el conflicto había tomado tales proporciones que se había vuelto una amenaza para el Imperio. Como "hombre de negocios, sagaz", según la expresión de Dan Brown, Constantino decide entonces apostar sobre lo que cree ser el “mejor caballo”: el Cristianismo; y en 325, por un excepcional golpe de suerte, Constantino unifica Roma imponiendo una sola y única religión: es el famoso concilio de Nicea. [1]

El golpe de suerte, es que “por una astuta fusión de fechas, de los rituales y símbolos paganos en la tradición cristiana en formación, consiguió crear una religión híbrida, asimilable por todos sus sujetos.” Es lo que se llama hoy, Cristianismo.

Así pues, Dan Brown puede enumerarnos los restos de vestigios paganos en el seno de la nueva simbología cristiana:

“El disco solar del dios egipcio se convirtió en aureola de los santos, el pictograma de Isis amamantando a su recién nacido Horus sirvió de base a las imágenes de la Virgen y del Niño Jesús. La mayoría de los elementos del ritual católico, como la mitra, el altar de la doxología y la eucaristía - el hecho de comer el cuerpo de Dios -, todo esto viene en línea directa de las religiones paganas de la Antigüedad (...) No había mucho puramente de cristiano en la nueva religión declarada por Constantino, nos dice Dan Brown. El dios Mithra - [“Dios solar del antiguo Irán, cuyo culto se extendió en el mundo helenístico, y luego romano”, nos precisa el traductor de la novela] – fue desde hacía mucho tiempo llamado Hijo de Dios y Luz del Mundo.” Se celebraba su nacimiento el 25 de diciembre, que era también la fiesta de aniversario de Osiris, Adonis y Dionisos. Él fue enterrado en una caverna rocosa, y resucita tres días más tarde. El recién nacido Krishna recibió en regalo oro, incienso y mirra. Incluso el día santo semanal fue calcado del de los paganos (...) En el origen (...) los cristianos honraban el Sabbat judío, el sábado. Es Constantino que lo desplazó para hacerlo coincidir con la celebración del dios Mithra. Hoy - nos dice Dan Brown -, la mayoría de los cristianos asisten al servicio dominical, sin saber que celebran la fiesta de dios Sol.”

El “golpe de gracia” a la “divinidad de Jesús”

Si bien ningún historiador ha negado nunca la existencia de Jesús, no obstante parecía ante todo ser muy considerado - hasta el famoso concilio de Nicea - como un profeta, y a este título - y a semejanza de Sócrates -: como un mortal.

Pero con el fin de intimidar a los paganos recalcitrantes, significando con ello en todo caso y al mismo tiempo a los cristianos que no obtendrían de éstos su saludo más que por obediencia a la nueva Iglesia Católica romana, el concilio de Nicea dió hasta cierto punto un "golpe de gracia divino", según la expresión de Dan Brown, al nuevo estatuto de Jesús, y esto, no menos de tres siglos después de su muerte (es, en alguna forma, una segunda resurrección).

El concilio de Nicea pues forjó e impuso un “Jesús divino” que superaba la realidad del mundo humano, a fin que su potencia no fuera ya discutible.

Pero para esto, fue necesario excluir de la redacción del Nuevo Testamento, todos los textos que decían de la vida de Jesús como simple mortal, y, al contrario, favorecer - adaptándolos a la necesidad-, los que lo presentaban como divino.

Pero luego, hemos, nuestros científicos, descubierto algunos de estos evangelios apócrifos, que sin embargo sobrevivieron. Son, por ejemplo, los pergaminos coptos de Hag Hammadi, descubiertos en 1945, o los famosos “Manuscritos del Mar Muerto”, descubiertos en 1947 en una gruta de Qumram (desierto de Judea).

Ahora bien, todos estos textos, además de representar a Jesús como simple mortal, nos ponen sobre la pista del móvil que nos preocupa aquí: la “verdadera naturaleza del Saint-Graal”. ¿De qué se trata?

El Saint-Graal revelado por la Cena de Leonardo Da Vinci

Y bien, según Dan Brown, Leonardo de Vinci ¡estaba al corriente! Es decir que conocía el secreto del Saint-Graal [2] : habría dejado indicios en sus obras, llegando incluso hasta a pintarlo - pintar el Saint-Graal -, y precisamente en la Cena.

La Cena, es, lo saben, el fresco pintado por Leonardo De Vinci para la iglesia Santa Maria delle Grazie (Sainte-Marie-des-Grâces) [3] en Milán [4]: se considera como su verdadera obra. Fue encargada por Ludovic el More [5] para el refectorio de la iglesia. Es una pintura mural de 4,60 m de alto sobre 8,85 m de ancho, realizada entre 1495 y 1497. Representa, se lo sabe, la última cena de Jesús con sus discípulos, en el momento preciso dónde les anuncia que uno de ellos lo ha traicionado.

¿Pero dónde está el Saint-Graal? Les recuerdo los acontecimientos, la escena, se sitúa en el momento de la fiesta de Pascua (la última Pascua), una noche, en una casa de campo no muy lejos de Jerusalén. Los remito primero la Epístola de Pablo a los Corintios, Capítulo 11 Justo después, Jesús informará a Pedro de su renegación. Pero si uno se atiene a esta Cena, y si uno se refiere solamente a Pablo: “Después de la comida, tomó la copa, diciendo:” “Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre; cada vez que beban, háganlo en memoria mía.” (Pablo, Primera Epístola a los Corintios, Capítulo 11, versículo 25).

Ahora bien ¿dónde está ésta copa, este cáliz, precisamente este Graal, en la Cena pintado por Leonardo? Todos los apóstoles, incluso Jesús, tienen ante ellos un pequeño vaso lleno de vino. Entonces trece en todo: no hay pues cáliz, nada de Saint-Graal.

Ahora bien, si “todo el dogma establecido por la Biblia (...) menciona por unanimidad el cáliz en el cual el Cristo había transformado el vino en su propia sangre”, pregunta Dan Brown, ¿cómo es que precisamente Leonardo de Vinci no lo haya representado?

Pero hay algo aún más inquietante; ya que, nos dice el autor, el fresco del Cena es "la clave de todo el misterio del Graal", y Léonard de Vinci lo presenta claramente, solamente... - y les revelo aquí el secreto -: "El Graal no es una cosa... es una persona..."Es una mujer incluso".

El Graal

El Graal del Nuevo Testamento, es pues una mujer, y “una mujer, nos dice Dan Brown, es la detentora de un secreto tan grave, que, su revelación amenazaba con destruir los fundamentos de la cristiandad.”

Y es de esta mujer, precisamente, que Leonardo de Vinci hizo el retrato en La Cena, donde le reserva el lugar de honor, a la derecha del Señor. ¿Qué se observa en efecto en este lugar?

De largos cabellos rojizos, pequeñas manos finas modestamente colocadas sobre la mesa, como un “pecho ligeramente redondeado”, una “curva graciosa del cuello”, una “expresión reservada...” “parece joven, tener aire” sabio y modesto “...” ¡Esto se asemeja en todos los puntos a la imagen de una mujer! Y espero que a ustedes, no les deje de recordar la cara y, digo la postura - invertida - de la Santa Teresa del Bernin.

¿Por qué no lo habían observado más pronto?

Hay una primera explicación que es de carácter técnico. No les digo la historia del fresco, pero ruego a ustedes ir al texto de Goethe, "la Cena de Léonard de Vinci", que informa de todas las aventuras (e inclemencias) por las cuales tuvo que pasar este fresco, que se pintó al destemple (al fresco, como lo precisa Freud) sobre un fondo de yeso seco, el cual comenzó muy rápidamente a deteriorarse, y esto, a partir del momento mismo en que Leonardo de Vinci lo había realizado.

De suerte que cuando hayan leído el texto de Goethe en cuestión – por supuesto no elegí a este autor por casualidad -, la verdadera cuestión, a decir verdad, que deberemos plantearnos, es: ¿cómo es posible que, después de todos estos avatares sufridos por el fresco, se tenga aún la oportunidad de poder observarlo?

E incluso, Goethe escribió su texto al final del siglo XIX, es decir, antes que su gran restauración de 1954, se hubiera terminado. En el curso de esta última restauración, se debió retirar, milímetro por milímetro, las capas de impurezas y pintura sobreañadida, en particular, en el siglo XVIII, por manos a veces torpes, a fin de volver de nuevo visible la obra de Leonardo De Vinci tal como se puede pensar que la había concebido y realizado. Ahora bien, la mayoría de las reproducciones de la Cena databan de antes de esta restauración, comprenderán ustedes el por qué, era difícil, hasta hace poco tiempo, realmente leer el cuadro.

Pero hay una segunda explicación que nos concierne de más cerca - los remito al Seminario X de Lacan y sobre todo al texto de Freud sobre el fetichismo. Cito Dan Brown:

“El concepto preconcebido que se tiene del cuadro triunfa sobre nuestras capacidades de observación e impide a nuestro cerebro observar lo que no corresponde con el”. Es un fenómeno visual, precisa Dan Brown, que se llama escotoma (...), una clase de "laguna" en el campo visual.”

Entonces, bien entendido, esta mujer, en el centro de la Cena, a la derecha del Cristo, que uno "escotomisaría", lo habrán comprendido, es Maria Magdalena, que no era una prostituta, sino muy simplemente la compañera de Jesús.”

Maria Magdalena

Pues tanto como Roma quería convencer a sus sujetos que Jesús el profeta era un ser divino, tanto más el Concilio de Nicea rechazaba del Nuevo Testamento todos los relatos de la vida de éste, en que se mencionara la verdadera identidad de María-Magdalena. Y tal parece ser, “había un tema recurrente en todos estos evangelios”, aquel según el cual, María Magdalena era la compañera de Jesús.

De a otra parte, notemos con Dan Brown, la estricta correspondencia de las prendas de vestir de Jesús y María Magdalena en la Cena pintada por Leonardo de Vinci: “vestido rojo y capa azul para Jesús - vestido azul y capa roja para María Magdalena.”

Desde un punto de vista histórico, un gran número de historiadores - en los cuales se basó Dan Brown -, están de acuerdo en sostener la tesis de "María Compañera de Jesús”. Cito Dan Brown:

"Un Jesús casado es mucho más probable que un Jesús soltero (...) porque era judío, (...) y la sociedad judía de su tiempo proscribía, en los hechos, el celibato”. El celibato, en efecto, era condenado por las costumbres y “todo padre judío se sentía en el deber de encontrar a una mujer que conviniera a sus hijos.” Si Jesús no se había casado, se encontraría mención al menos en alguno de los cuatro Evangelios, acompañada de una explicación de su estado anque fuera poco convencional.”

En el evangelio Gnóstico (“del griego gnostykos”, “que sabe”, nos precisa el traductor de la novela), y, en particular, en el de Felipe, encontrado en papiros coptos de Nag Hammadi y manuscritos arameos del Mar Muerto, se puede en efecto leer:

“Y el Salvador tenía por compañera a María Magdalena. Ella era la preferida del Cristo, que la besaba a menudo en la boca. Los otros apóstoles se ofendían y él les expresaba a menudo su desacuerdo. Decían a Jesús: “por qué la amas más que a nosotros?” [6]

Ahora bien, en arameo, la palabra "compañera", significaría, precisamente, esposa.

Peor aún: se encuentra también, en estos Manuscritos, un evangelio según María Magdalena, es un libro apócrifo copto que data del segundo siglo:
“Entonces Pedro dice: ¿"Es posible que el maestro se haya confesado así con una mujer sobre secretos que nosotros, ignoramos?" ¿Debemos cambiar nuestras prácticas, y escuchar todos a esta mujer? ¿El realmente la eligió y prefirió más que a nosotros?”... Y Lévi respondió: "Pedro, tu siempre has sido llevado. Te veo ahora hostigado contra la mujer, como lo están nuestros adversarios. No obstante, si el Maestro la ha autorizado, quien eres tu para rechazarla? Indudablemente el Maestro la conocía muy bien. Él la amaba más que a nosotros “. [7]

La mujer de la que habla aquí Pedro es María Magdalena, de quien Pedro estaba manifiestamente celoso, y según Dan Brown, “lo que está en juego superaba con mucho la cuestión emocional”, puesto que parece que era a María Magdalena, a quien Jesús deseaba confiar el cuidado de conducir su Iglesia después de su muerte.

Dije hace poco, "María Magdalena, de quien Pedro estaba manifiestamente celoso”, pues cosa extraña, estos celos de Pedro hacia María Magdalena, están perfectamente representados en la Cena de Leonardo de Vinci. De hecho, tiende una mano amenazando bajo el cuello de este personaje sentada a la derecha del Cristo...

Si no se trataba de María Magdalena, ¿por qué Leonardo De Vinci habría representado así a un Pedro tan agresivo? Lo que confirma la tesis del Evangelio Copto: Pedro parece furioso de enterarse de que va a deber desempeñar el segundo rol, que va a deber someterse... ¡a lo femenino!

Por otro lado, la castración emerge de una manera tanto más sorprendente: ¡puesto que una mano surge, que sostiene un puñal! ¿A quién pertenece? Si se cuentan los brazos, parece, parece no pertenecer nadie...

¿Quién era María Magdalena? En “realidad”, María Magdalena pertenecía, parece, a la tribu de Benjamin: ella debía ser por consiguiente también, de descendencia real, así como Jesús que, pertenecía a la casa de David, descendiente de Salomón, rey de los judíos. De suerte que:
¿Quién era María Magdalena? En “realidad”, María Magdalena pertenecía, parece, a la tribu de Benjamín: ella debía ser por consiguiente también, de descendencia real, así como Jesús que, pertenecía a la casa de David, descendiente de Salomón, rey de los judíos. De suerte que:
“El matrimonio de Jesús con una heredera de la potente casa de Benjamín reunía dos razas de sangre real.” Lo que constituía una seria amenaza para la restauración de la dinastía real, con el poder que era el suyo del tiempo de Salomón.” [8]

Por lo tanto, el enigma que da a entender Dan Brown resulta evidente: cuando se habla de la leyenda del Cáliz, cuando se habla del "Cáliz que contiene la sangre del Cristo", es para mencionar a María Magdalena, que llevaba en ella la raza real de Jesús. El Cáliz, es el vaso sagrado - María Magdalena -, depositaria de la raza en tanto que portadora de la fruta de una unión real.

¿Por qué hablar de Saint-Graal? El proceso aquí en la obra, nos es familiar - se trata de una metonimia:
“La palabra Sangréal se deriva de San Greal o Saint-Graal.” Pero, bajo su forma más antigua, la palabra se cortaba de otra manera (...) Sang Real (...) Sangre réal significaba Sangre real (...) San gréal... Sangre real... San Greal... Sangre real... Saint-Graal. [9]

Se tiene pues la secuencia siguiente:
Sang real (sangre real (de realeza o de realidad) - San Greal (desplazamiento de la letra: G) - Saint-Graal (rechazo de la “e” y redoblamiento de la “a”).

El "Saint-Graal", es pues, para nosotros, la "Sangre real".

Es pues para sentar su poder y declararse “sola y única vía de redención y vida eterna”, que Roma tiene que propagar la imagen de prostituta de María Magdalena, y disimular todas las pruebas de su unión con Jesús.

La leyenda cuenta además, que María Magdalena, en cinta cuando Jesús fue crucificado, se habría visto obligada a huir de Tierra santa -con la ayuda de José de Anmathie-, a fin de proteger su descendencia. Habría partido clandestinamente a Francia (Gaule), dónde ella había encontrado refugio en una comunidad judía, y allí, habría dado al mundo a una niña, de nombre Sarah.

La leyenda quiere también, que la descendencia de Jesús perpetuada en Francia, se habría enriquecido, en el siglo V, mezclándose con una otra sangre real, para crear la raza merovingia (no voy a desarrollar esto esta noche, les remito a los textos y obras de historiadores que abundan en este sentido).

Lenguaje de los pájaros [10]

Entonces ustedes me dirán: ¿cómo es eso que no se sabe nada de todo esto? O, al contrario, ¿cómo es que se lo sabe?

La historia del Santo-Grial en realidad ha sido ya de dominio público durante siglos, pero en forma de metáforas y de símbolos. Y es allí que volvemos de nuevo al lenguaje de los pájaros (quizá no del todo esta noche, pero la próxima vez). En el arte y las leyendas.

En la pintura, la Cena de Leonardo de Vinci está el más perfecto ejemplo quizá. Pero, parece que, Botticelli, Poussin, y Bernin, tienen allí también su representación. Sólo citaré aquí el cuadro de Poussin: Los Pastores de Arcadia, expuesto también él en el Louvre.

En la música, sólo citaré a Mozart, del que “la Flauta mágica” - no es ya más que un secreto casi para nadie -, abunda literalmente de símbolos y alusiones al Santo-Grial.

En las leyendas famosas como las del "Rey Arturo" o "Nuestra Señora de París", etc. En los cuentos como "Cendrillon", nos dice Dan Brown, "La Bella durmiente del Bosque" o "Blanca-Nieves", son tanto alegorías secretas a lo Femenino sagrado.

En la literatura, el ejemplo más notable nos es dado ciertamente por un autor que nos es querido - puesto que inestimable para Freud -, y que ya he citado esta noche: Goethe, que no deja de promover lo Femenino sagrado que Roma habría rechazado: el famoso "Ewig-Weibliche" (el Eterno femenino o Femenino sagrado), así caro Wladimir Granoff [11], que entendió muy bien la verdadera articulación hacia lo femenino sagrado que la obra de Goethe constituye para la orientación de la de Freud.

Freud, Leonardo de Vinci y la Letra

Ahora bien, un siglo antes del best-seller americano de Dan Brown, es en Leonardo de Vinci, que Freud vino - por primera vez -, a buscar lo femenino sagrado.

Leonardo de Vinci, que se habría criado, sin padre, por una madre y su propia madre, a semejanza de Jesús en las faldas de María y Santa Ana, perpetuado por el cuadro llamado de la Virgen y el niño Jesús con Santa Ana (comentaré este cuadro otro día, ya que se tratará de situar en un cuarto personaje, el síntoma propiamente hablando: el cordero).

Ahora bien, si un siglo más tarde - a la luz de nuevas investigaciones sobre Leonardo de Vinci - todo esto resulta falso, si el imaginario de Freud lo hubiera engañado, incluso si el simbólico lo hubiera liberado - conduciéndolo a la famosa equivocación (bévue), a los famosos lapsus sobre el "Buitre", de lo que pronto hablaré -, queda que en todo eso (por debajo de lo imaginario y por encima de lo simbólico), él habría tocado allí, un real ("toucher” a tomar aquí, en el sentido en que es suficiente con haber sido tocado por la llave del Fausto - y no hay que abrir - los trípodes de las Madres en el segundo Fausto), tocar un real entonces, y precisamente : una letra. Es lo que intentaré sacar a la luz la próxima vez.

Contentémonos aquí con trabajar en desplegar las pistas. Y veo aquí esencialmente tres:
1° - Aquélla, histórica y real, de las letras y de lo femenino en la historia - no del movimiento analítico -, sino de la Cosa freudiana. 2 ° - Aquélla, freudiana y teórica, de la sexualidad femenina y el tabú de la virginidad; 3° - la de la ética herética de Jacques Lacan, la cual va de la sublimación en el amor cortesano (1959), "a desembocar", a principios de los años setenta, en el objeto a y el RSI.

No tendré obviamente tiempo de abordar todo esto esta noche; pero comencemos enseguida; y por la pista histórica.

SEGUNDA PARTE. - La Causa freudiana y lo Femenino

Entonces, toda esta historia del Santo-Grial puede parecernos de abracadabra, ¿no es cierto?, rocambolesca: pero observemos un poco, es lo que efectivamente pasó con el movimiento analítico.
Todo estos Jung, Ferenczi y demás - este cinturón cercado, por Jones, estos verdaderos apóstoles de la Causa freudiana -, reunidos alrededor de un Freud que, a semejanza de un nuevo Mesías, va finalmente a desear confiar el futuro de su Causa a una mujer que, luego, no dejó de ser atacada desde todas partes, particularmente Anna.

Las cartas ocultadas y Santa-Irma

Nuestro Santo-Grial también, existe. Se nos reveló (en parte), por (no el Cristo) pero propiamente por un cierto Kris. Conocen poco o mucho, en efecto, la historia de nuestra "Natividad", la del "Nacimiento del psicoanálisis". ¡Recuerden!

Estamos poco después del año de gracia 1900, y Freud - furioso por la jugarreta que le llegó en su odioenamoramiento "hainamoration" del famoso Otto (rinolaringólogo) berlinés - Freud, repentinamente, destruye las cartas de Fliess. Solamente su lado, Fliess, las conserva, bien calientes parece. De forma que exactamente después de su muerte, en 1928, su viuda - la famosa "malévola mujer" como la llamaba Freud -, vende el paquete de aproximadamente 284 cartas escritas de la mano misma de Freud (así como notas y manuscritos que van con ellas), a un librero berlinés, Reinhold Stahl. Pero con la condición – manifiesta expresamente por la Sra. Fliess -, que el librero se compromete a no devolver las cartas a su remitente, es decir, en este caso, a Freud; a fin, obviamente, que él no las destruya, es claro que su poder, imaginario, se reduciría inmediatamente a la nada por el fuego frío de lo real.

La malévola mujer era pues nuestro Ministro antes de la hora, partidaria de que la carta sea exhibida de la más bella manera, no sabiendo al mismo tiempo qué hacer. ¡Tanto que en evidencia, el famoso librero (Stahl), huyendo del régimen nazi y refugiándose en Francia, no tarda en entrevistarse con nuestra Maria Bonaparte nacional, ofreciéndole en el campo el paquete de cartas por la moderada suma de 100 £. y la Sra. María Bonaparte se apodera pues en 1937... o más bien apuesta, dado que en análisis con Freud en la época, ella las lleva a Viena a fin de leer bajo su nariz, sobre su diván mismo, digamos ¡bajo sus barbas! Es allí, parece, que él le habría contado la historia judía sobre la manera de cocinar el faisán:
"Usted comienza por enterrar el pájaro y lo deja bajo tierra una semana, a continuación lo desentierra.

* ¿Y luego?
* ¡Eh bien después, usted lo arroja!" [12]

En suma, Freud intentando convencerla de destruirlos, ¡ella no quiso saber nada y depositó los documentos en el banco Rothschild en Viena! Sí, pero estamos en el invierno de 1937-1938, y en marzo de 1938, Hitler invade Austria... y era previsible que el banco fuera desvalijado por el Morfaloux... Pero, in extremis, Maria Bonaparte se precipita a Viena, y en su calidad de Princesa de Dinamarca, pero sobre todo de Grecia, obtiene la autorización de retirar su precioso peculio bajo la mirada inquisidora de la Gestapo.

De vuelta en París, los pone, cree, en seguridad, pero sólo en 1941, gracias a la clemencia del general von Choltitz – quien termina por desobedecer las órdenes de Hitler al final de la guerra-, que las cartas pueden finalmente salir de la delegación de Dinamarca, donde habían terminado por aterrizar, para cruzar a continuación el minado Canal de la Mancha, y llegar en buen estado a Londres, envueltas en un "tejido impermeable ligero, nos dice Jones, a fin que, en caso de naufragio, tuvieran alguna oportunidad de ser conservadas" (Jones, vol. I, p. 319).

Es este el momento en que las cartas, luego de haber sido copiadas, fueron cuidadosamente seleccionadas por Anna Freud y Ernst Kris, y luego finalmente publicadas, y "Ernst Kris escribió para la recopilación un bonito prólogo y agregó un gran número de notas susceptibles de garantizarle el reconocimiento de todos los que se interesan por las ideas y por la vida de Freud "; esta es la severidad de Jones."

Los viajes supuestos del Santo-Grial, descritos por Dan Brown, viajes de, digamos, los cofres de escritos apócrifos y las reliquias de Maria Magdalena, no les recuerdan las aventuras, muy reales si bien, de las cartas de Freud a Fliess, escoltadas por "María Magdalena" Bonaparte: ¿no están allí nuestras santas reliquias, nosotros Templarios de la Causa freudiana?

En efecto, los documentos del Grial parece se transportaban en cuatro enormes portaequipajes, los cuales contendrían la legendaria Fuente Q – es decir- un manuscrito que podría haber sido elaborado por la propia mano de Jesús.

Excepto que en nuestro caso, bien entendido, la María Magdalena en cuestión, sería más bien Santa Ana misma - la madre del Cristo – es decir Anna. O al menos, sí es la hija, una cosa es cierta: es que ella es de Sangre real, sangre real, esto es de la descendencia de Freud.

Pero lo importante es que en esta publicación, aún allí, se trata de un verdadero concilio de Nicea, respecto de documentos escritos por la mano misma de Freud. ¿Por qué digo esto? Porque parece que los documentos que habrían podido servir a una verdadera interpretación del sueño canónico, el de la inyección de Irma, se ocultó bien: se ha, incluso allí, intentado dar “un "golpe de gracia divino" a la obra de Freud.

Ya que de esta publicación, se ocultó, parece ser - en este concilio de Nicea del Psicoanálisis -, alguna cosa que atrajo a este sueño princeps de la Traumdeutung, y del que Freud nos dice por tanto, en la obra misma, y "a pesar de todo el estudio al cual Freud lo somete", como lo hace observar W. Granoff que informa del asunto, que "más de un hilo se deja allí en la sombra, porque no puede ir más allá"... "más allá" de este sueño que "representa el interior de un cuerpo femenino" [13]

El sueño, lo saben, data de julio de 1895 (en Bellevue). A este sueño, Freud, le da una tal importancia que en 1900 con Fliess, y algunos años más tarde con Jones, jugará con la idea de poner una placa sobre esta casa de Bellevue, donde diría: "en esta casa, el secreto de los sueños se reveló al doctor S. Freud".

¿Qué se juega en este sueño - "más allá" de lo "simbólico" freudiano, diría yo? La famosa, Irma - de la que les hago notar que el anagrama fonético es Marie - se llamaba de hecho a Emma [14]. Era en principio, es necesario precisarlo de golpe, una amiga íntima de la familia y una jovencita muy cercana a Freud. Pero por supuesto, es una paciente también de Freud, desde 1892 parece, y que además es, una paciente que sufre en su cuerpo, y de algo que tiene que ver con la oto-rino-laringología y la teoría de Fliess: dismenorreas y senos. ¡Era, por supuesto, contemplar a las millas!

De este sufrimiento (o de esta pasión): Ni una Ni dos - como se dice - Freud la hace examinar luego operar por el Dr. Fliess. "Ya que, para ella, precisa Granoff irónico, Freud quería al mejor especialista". Fliess llega, va de Berlín a Viena, y opera los senos de la tal Irma (operación que implica la resección de la cresta llamada turbinal [15], nos dice Granoff).

El problema, es que después de la famosa operación, el estado de la enferma no deja de empeorar - pasa de mal a peor -; y es necesario rendirse a la evidencia: otro especialista debe intervenir, vienés esta vez, se debe hacer cuanto antes. ¡Se la vuelve a operar pues y oh! sorpresa: retira del campo operatorio del anterior operador, "alrededor de cincuenta centímetros de vendaje que el buen Dr. Fliess había olvidado, es decir, la gasa", nos precisa a Granoff [16].

Hemorragia, estado de choque, se detiene finalmente el flujo, pero Freud, que asiste a esta nueva operación se siente mal y deja la sala.

Comprenderán ahora, supongo, todo el barullo del sueño, todo el intercambio-cruzado de los médicos examinando y contra-examinando a la pobre Irma: los doctores M., el famoso Otto y otro Leopoldo. Tanto más que hubo a continuación, parece, otras hemorragias y otras intervenciones.

Ustedes comprenden también lo que está implicado en el sueño:

* 1° no solamente, este mar de sangre que brota del interior de este cuerpo femenino, a consecuencia de la caída de esta fina membrana (de la gasa olvidada por Otto);
* 2° pero correlativamente, como yendo a la par con este misterio de lo femenino, alguna cosa que sería quizá interesante situar de lado de un real de transferencia, o de una transferencia de real, puesto que inmediatamente después de, se sucede entre Freud y Fliess un intercambio de cartas, que como los evangelios apócrifos, fueron rechazadas de formar parte "del nacimiento del psicoanálisis". ¿Qué pasa en estas cartas? Intercambios "afiebrados", nos dice Granoff, sobre todo "por parte de Freud, que literalmente se precipita en la defensa anticipada de su amigo y se multiplica en testimonios de consideración plena en cuanto al valor científico de su colega" (Granoff, p. 168 y suiv.). Y es lo que pasa entre febrero de 1895 (fecha de la re-operación) y la famosa noche del 23-24 de julio de 1895, dónde se desencadena este sueño princeps del libro.

Esta "Sangre real", por lo tanto, que brota de la garganta de Irma-Maria, este sueño princeps, cómo no ver que transporta este femenino, sacralizado, del que Freud es portador incluso en el momento mismo en que se lanza en esta "vía real", según su propia expresión, que lo lleva a la interpretación de los sueños y al inconsciente.

Aquí pues la "Hérésie" (RSI) [17]: ¡Lacan no se equivocará allí! El hereje [18], es en el primer sentido, alguien que tiene el conocimiento de los secretos de la religión. Así pues, el que preferiría los evangelios apócrifos - del griego “apokruphos”, "vuelto secreto" -, o no conformes a la publicación del Emperador Constantino, se consideraba como hereje.

La palabra hérésie (herejía) viene del griego "airesis", que significa "elección". En este sentido, los primeros herejes, son los que hicieron la elección de María-Magdalena, la elección de lo femenino.
¿En qué nos interesa esta elección en el marco de nuestro interés por el Leonardo de Vinci, y más especialmente el Leonardo de Vinci de Freud? Se los diré, pero primero volvamos de nuevo al Leonardo de Vinci de la Cena.

La Cena y lo Femenino sagrado

Todos conocemos los iconos modernos de lo masculino y de lo femenino que son, de una parte, este pequeño círculo superado por una flecha que va hacia la derecha cuando se lo observa (pero hacia su izquierda de él, del círculo que nos observa), y de otra parte, este otro pequeño círculo - esta pequeña cabeza - que va por encima de una clase de cruz, o de señal más para los matemáticos.

De hecho, estos símbolos proceden de símbolos astronómicos antiguos que son respectivamente representaciones del dios-planeta Marte (masculino), y de la diosa-planeta Venus (femenino), cuyos símbolos tenían antes una forma mucho más simple, nos dice el “Código da Vinci”, puesto que eran esto:
* ¿Una V invertida, o una clase de ? (delta mayúscula) o triángulo sin base, para el hombre.
Este símbolo, se lo llamaba la "Lame" (espada); que representaba la agresión y la virilidad, un símbolo fálico. (Pero ustedes pueden también hacer razonar al significante "Espada" a su manera).
* Y, para el icono de lo femenino, teníamos, lo contrario, una verdadero V, es lo que se llamaba, tal parece, "Cáliz", esto es lo que se asemeja a una copa, o a un vaso, es decir, lo habrán comprendido ya, que es para simbolizar el útero, emblema de la fecundidad.

Se comprende pues aunque, cuando se lo dice que el Grial es un cáliz, se trata de hecho de una alegoría para designar al famoso Femenino sagrado (Ewig-Weibliche), tan caro a Goethe y a Granoff.

Ahora bien, sabiendo esto, si se observa bien la Cena de Leonardo de Vinci, se notará que Jesús y su compañera, desde sus talles que parecen juntos, se desprenden el uno del otro, a fin de formar de una manera muy poco discutible, entre sus dos bustos, una V.

En otros términos, La Cena camufla - no como una anamorfosis como en el cuadro de los "Embajadores" de Hans Holbein (1533 - Nacional Gallery, Londres) - sino, a pesar de todo, una imagen cifrada, secreta para el que lo descubra: una carta pintada por los dos cuerpos adjuntados y divididos, el V símbolo del Cáliz, de lo femenino sagrado.

No se asombren: Leonardo de Vinci conocía el principio de la imagen cifrada y la anamorfosis, puesto que la anamorfosis es un método anterior a Leonardo de Vinci - las anamorfosis chinas datan del tiempo Ming (1368 a 1644) - y sobre todo, puesto que se conoce de él la anamorfosis de un rostro de niño y de un ojo, que data de 1485 (Código Atlanticus). Sobre este dibujo, es necesario observar desde la derecha del dibujo, con mirada rasante.

Todo lleva a creer, por lo tanto, que en este cuadro de la Cena, una letra, una V, da prueba (en caída) del paso, así detenidamente descrito por Freud en su última obra - el Hombre Moisés y el monoteísmo -, del paso de lo Femenino sagrado, de la Diosa, a una religión monoteísta, de esencia masculina, para la cual la Diosa parece representar una terrible amenaza.

Pero en este paso de lo imaginario a lo simbólico - como lo explica muy claramente Freud en su obra de 1939 -, la cual es, insiste, ciertamente creadora y apaciguante para la civilización en su conjunto, no queda de ello menos que una letra, un real, es verdaderamente escamoteado. Es esta la letra, parece ser, que da vuelta aquí, en este texto de un recuerdo de infancia de Leonardo de Vinci, la cual, es necesario recordarlo, data de 1910, esto es de este año que señala un cambio de dirección en la historia del movimiento psicoanalítico: Hay en América, el primer congreso de la IPA, en el curso del cual va a instalar a Jung en el sillón de Presidente - y esto, a pesar de las primeras señales precursores de la revuelta que se hace sentir...

... Y precisamente - les invito a releer la correspondencia -, estas primeras peleas tienen lugar, precisamente, con respecto a la cuestión del incesto, ciertamente, pero en lo que está vinculado íntimamente, al origen del debate que se establece allí entre Freud y Jung, al de lo femenino sagrado y sus rastros en la Antigüedad.

Y, Freud termina por comprender, en 1912, a dónde Jung quería llegar, le envía en una carta del 14 de mayo de 1912 – entendiendo finalmente allí dónde él (Jung) se extraviaba y que esperaba que volviera de nuevo sobre el camino directo - que no era necesario confundir el derecho maternal (mutterrecht) con el Gobierno de las mujeres:
"Querido amigo,
Como usted espera ciertamente, su concepción del incesto no queda totalmente clara todavía para mí. A veces me parece que no se aleja de la concepción que tuvimos hasta aquí, pero eso puede ser aclarado por un debate más profundo. A sus argumentos tendría tres cosas que observar – de las reticencias, no precisamente de las refutaciones (...) 2° - El derecho maternal no debe ser confundido con el Gobierno de las mujeres. Pocas cosas hablan en favor de este último. El derecho maternal concuerda muy especialmente con la depreciación poligámica de la mujer. "(pp 633-634)."

Y en este "derecho maternal" (Mutterrecht), Freud designa claramente un estado de la sociedad en el cual las mujeres reinan menos por el poder político que por los parentescos y la religión. La expresión de "Mutterrecht" se debe al filósofo suizo Johann Jakob Bachofen (1815-1887), cuya obra principal, "DAS Mutterrechi" (Stuttgart 1861) es citada también por Freud en la última parte de Totem y Tabú.
Ya que en este paso de lo Femenino sagrado al monoteísmo, en este paso de lo imaginario a lo simbólico, lo real de la letra que no es sino eludido, puesto que en verdad, las tradiciones paganas verdaderamente no desaparecieron... Y Freud insiste allí y da prueba ello, por un texto muy corto y enigmático - y por el cual terminaré esta noche: "grande es la Diana del Efeso".

"Gross ist die Diana der Epheser"

"Grande es la Diana del Efeso" [10], texto publicado en 1911 en el Zbl. Psychoanal. (vol. 2, n°3), y en el cual Freud se apoya en un libro, el de Félix Sartiaux, "Ciudades muertas de Asia Menor", publicado en París, en 1911, pero también sobre un muy corto poema del inevitable Goethe, al cual precisa y curiosamente (ya que no hay ninguna alusión), Freud pide prestado el título: "grande es la Diana de los Efesios".

Freud allí evoca ya, al Apóstol Pablo - que permanecerá a todo lo largo de su obra como su verdadero caballo de batalla, es el caso decirlo ("arrière cocotte! ") -, el tal Pablo, que habría llegado a Efeso versos del año 54 de nuestra era, - quién más está con Maria (su Irma de él?) -, y allí habría intentado sustituir a su nueva diosa maternal, a la antigua divinidad Artémis (Diana)."

Freud allí evoca ya, al Apóstol Pablo - que permanecerá a todo lo largo de su obra como su verdadero caballo de batalla, es el caso decirlo ("arrière cocotte! ") -, el tal Pablo, que habría llegado a Efeso versos del año 54 de nuestra era, - quién más está con Maria (su Irma de él) -, y allí habría intentado sustituir a su nueva diosa maternal, a la antigua divinidad Artémis (Diana)."

Pero los artesanos y orfebres que fabricaban para los peregrinos, reproducciones del templo y la divinidad, "permanecen temblando, nos dicen a Freud, tanto por su diosa como por su negocio." Ellos se sublevaron y, a los gritos sin interrupción repetidos de "Grande es la Diana de Efeso", se desplegaron por la calle principal, Arkadiana, hasta el teatro donde su líder Demetrio hizo un discurso incendiario contra los Judíos y contra Pablo. Es con dificultad que las autoridades llegaron a detener el motín asegurando que la majestad de la gran diosa era intangible y fuera de todo ataque "[11], - les reenvío aquí a los Hechos de los Apóstoles en la Biblia de Jerusalén, Capítulo XIX”
“Pero al conocer que era judío, todos a una voz se pusieron a gritar durante casi dos horas: ¡Grande es la Artemisa de los efesios!” (Versículo 19,34)

Les dejo aquí por hoy, y la próxima vez que intervenga, continuaremos - en línea directa lo que acabo de avanzar esta noche - abordando la herejía (hérésie) de Lacan, y precisamente el tratamiento que hace sufrir a la sublimación en su elaboración sobre el "DAS Ding" y el Amor Cortés en “La Ética del psicoanálisis ". " El título anticipado es: "Cataros et Catarsis", e intentaremos escuchar, si sí o si no, a Lacan - contrariamente a Freud quizá - desacralizando lo femenino.

P.-S.

ANEXO
Grande es la Diana de los Efesios
Un orfebre de Éfeso sentado en su taller; forjaba, tanto como podía, sin descanso, tanto como elegantemente sabía. Desde su infancia y juventud, se arrodilla en el templo, ante el trono de la diosa, y, como su padre le había enseñado, había limado el cinturón en casa, exactamente bajo las ubres, donde tantos animales anidan, y proseguía su ingenioso trabajo, pasando su vida en una piadosa actividad.

De pronto oye los grandes gritos de un populacho exaltado, como si hubiera en el cerebro del hombre, detrás de su estúpida frente, un Dios más espléndido que el ser en quien leemos la grandeza de la divinidad. El viejo artista se limita a prestar oídos; deja correr a sus jóvenes hijos hacia el lugar público; sigue limando los ciervos, los animales, que decoran las rodillas de la diosa, y espera que la favorable fortuna le dé para modelar dignamente el rostro.

Pero, si alguien lo oye de otra manera, puede reaccionar a su imaginación: sólo no debe insultar el oficio, de lo contrario hará una maldad y final vergüenza.

Johann Wolfgang von GOETHE, “Poesías y Pensamientos”, traducción de Jacques Porchat, París, Hachette, 1861, p. 259).

Notas

[1El primer Concilio ecuménico se celebró en el 325 en Nicea, ciudad de Asia Menor y fue convocado por el Emperador Constantino, por consejo del obispo Osio de Córdoba y con el consentimiento del papa Silvestre I, aunque no exista evidencia histórica de que hubiese tal consentimiento previo. El objetivo de Constantino era.... http://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Nicea_I.

[2(dejamos aqui el término tal cual lo menciona el autor, por las elaboraciones posteriores. En castellano seria Santo Grial).

[3Santa Maria de la Gracia.

[4Parte integrante de un conjunto arquitectural edificado en Milán a partir de 1463 y remodelado por Bramante a finales del siglo XV, se conserva en el refectorio del convento de “Sainte-Marie-des-Grâces”, sobre su pared septentrional, una obra maestra indiscutible, La Cena, pintada de 1495 a 1497 por Leonardo De Vinci, quien abre una nueva era en la historia del arte.

[51451-1508

[6Véase Dan Brown, DA Vinci Código, Capítulo 58; estos textos son fácilmente consultables en Internet.

[7Dan Brown, DA Vinci Código, Capítulo 58; texto también fácilmente consultable en Internet.

[8Dan Brown, DA Vinci Código, Capítulo 58.

[9Dan Brown, DA Vinci Código, Capítulo 58.

[10o lenguaje secreto de los filósofos, El lenguaje de los pájaros es de más frecuente uso en los jeroglíficos o en juegos de palabras, con el objetivo de cifrar obras o libros, con definiciones políticas (Rabelais), o esotéricas.

[11Véase Wladimir Granoff, “el pensamiento y lo femenino”, Champs-Flammarion, París, 2004.

[12Véase Jones, Vida y obra de Freud, vol. I, PUF, p. 319.

[13Véase Wladimir Granoff, el pensamiento y lo femenino,Champs-Flammarion, París, 2004, p. 168-170.

[14Emma Eckstein (1865-1924).

[16W. Granoff, OP Cit., p. 169.

[17(es de anotar aqui, que el término francés héresie, herejía, al ser pronunciado se escucha RSI).

[18(en francés l’hérétique).

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